Descripción
Al final siempre llueve es una ventana indiscreta a la comple-ja alma de un tipo sencillo de gustos sencillos. Aunque las cosas no le van mal, Antonio flota en un estado de melancolía perpetua desde que su mujer lo abandonó. Incapaz de superarlo, encuentra en su trabajo y sus pequeños rituales monótonos un efecto balsámico que, sin embargo, parecen atraparlo en una vida de la que no puede (o tal vez, no quiere) escapar. Es propietario de un bar situado en el extrarradio de Barcelona que se mantiene, a pesar de la crisis, gracias a una clientela fiel. A través de la rutina de una semana cualquiera en la vida de Antonio, vemos cómo palia su soledad gracias a la variopinta clientela del bar y sus empleados. Por las puertas del local pasa toda una galería de personajes llenos de realidad que cristalizan la esencia del momento; con ellos traen sus diver-sas opiniones acerca del fútbol, la inmigración, la polémica independentista, las tensiones étnicas y cómo no la crisis. Antonio guarda sus opiniones para sí mismo, intentando no involucrarse en la vida de los demás, pero sin poder evitarlo; queriendo avanzar pero sin poder dejar atrás el pasado; queriendo cambiar, pero negándose en rotundo a hacerlo. Antonio García González es un hombre sencillo de gustos sencillos.
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