Descripción
Tenía 38 años, no padecía ninguna enfermedad y sin embargo fue confinada en un hospital de Nueva
York de por vida por una orden administrativa. Su delito, ser portadora de una bacteria: la
Salmonella typhi.
Este es el relato, no solo de una joven cocinera que desafió al departamento de Salud de Nueva York,
sino de la historia de la medicina, de la salud pública y del difícil equilibrio entre libertades individuales
y bien común.
María Mallon vivió a comienzos del siglo xx, en un mundo en plena transformación entre lo antiguo y lo
nuevo. Un mundo en que las bacterias comenzaban a ser acusadas de ser el origen de enfermedades
y una teoría, la microbiana, que no podía explicar todos los hechos.
María nunca había padecido la fiebre tifoidea, estaba sana y era portadora de la bacteria.
Murió en cautividad en un Hospital de Nueva York
a los 68 años.
Esta es su historia.
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